La imagen personal es una herramienta de comunicación que puede acercarnos y alejarnos de los demás al mismo tiempo. Si bien nuestro aspecto puede convertirse en una obsesión esclavista también somos capaces de renunciar abiertamente a esta posibilidad, no preocupándonos lo más mínimo por el atuendo. Aún así estaríamos enviando un mensaje a quienes nos rodean, mostrando abiertamente nuestro estado anímico y sobre todo, nuestra forma de reaccionar ante ellos. Qué tipo de música o cine nos gusta, de dónde procedemos, incluso nuestra ideología política. Se pueden atisbar signos de dulzura, de fuerza, de melancolía, de creatividad, de rebeldía... hay infinidad de matices en nuestra personalidad que resaltamos con las prendas y complementos que elegimos para adornarnos.
Dicho todo esto, llegamos a un punto contradictorio. Las apariencias hablan de nosotros pero pueden llevar a equívocos y buscando ser aceptados lo cierto es que nunca podremos gustar a todos, jamás. Es por ello que si bien lo que opinen los demás de nuestro aspecto no es importante, el mensaje que queramos transmitir si debe serlo.
La capacidad de vestirnos es semejante a la capacidad de hablar: imagina por un instante que por miedo a las reacciones ajenas no dices lo que realmente piensas y te adaptas a lo que otros quieren oir. Inclusive que vas más allá y renuncias al habla, guardas silencio voluntariamente ya sea por principios o por desgana. Y poniendo un símil con los obsesos de la moda, supón que nunca comentas un tema a menos que todos se pongan de acuerdo para hablar de lo mismo, si no deja de interesarte.
Rompe con todo eso.¡Atrevete y grita!. Piensa en tu mensaje y defiéndelo, no porque seas libre de hacerlo... sino porque hacerlo te hará libre.
Y en todo esto ¿dónde entran los productos artesanales?
Ahora que tienes tu propio mensaje elige tus palabras meticulosamente. Las piezas hechas a mano en su mayoría son creaciones únicas o en series limitadas, realizadas con dedicación, esfuerzo y mimo, a medio camino entre técnicas ancestrales que nos conectan con el pasado y un futuro de constante renovación. Quien se adorne con ellas necesariamente obtendrá una imagen más personal y al conocer la historia de éstas creaciones (poniendo rostro, nombre y lugar de procedencia de su creador/a) logrará un vínculo que no puede obtenerse a través objetos industriales fabricados en serie de miles de millones.
Es más, cuando elegimos un objeto como regalo ¿no aumenta sustancialmente el valor que éste pueda tener, no sólo sentimental sino artísticamente, si además está fabricado a mano y seguramente no haya otro igual en el mundo?.
Agradezco a quienes se hayan detenido a leer y comprendan estas ideas, que a fin de cuentas son una forma personal de ver la vida.
Irene G.B.
Y como no hay nada mejor que predicar con el ejemplo aquí iré subiendo mis propias adquisiciones:
Zapatillas estilo Steampunk decorados a mano por Bambasten.
